11/27/2007

monita

Dos aguas igual de tumultuosas
navegan mis miserias repartidas
Como papeles destrozados por diques
filosos esnifadores de promesas,
látigo cansado de darle a la espalda,
de dar la espalda.
Errática la dolorosa suerte,
vaivén del condenado a no saber
dónde se acumula tanta sombra
cuándo alguien, cómo, adivinador
de esta tremenda meca solitaria
augure mis deseos más triviales:
darle pañitos hielos a la fiebre,
cariñito en la panza, duele.
La angustia duele.

Y soy una monita triste
que hace gracias en kermeses
donde todos van de paso
donde nadie se detiene.