12/22/2006

ZM

Cinco ventanitas abiertas a secretos.
Fondo negro, título rojo oscuro
Hormigas que salen a buscar los confines de la tierra y se van por cada uno de los tragaluces.
¿Se acariciarán las hormigas en su paso itinerante?

Entre tanto, un estrépito sordo se descuelga en una calle que está lejos,
con la lluvia durmiendo entre la yerba.

Hormigas que trabajan y definen muchos años de presencia en este mundo.
Que todo suceda como debe suceder.
¿Sabrán las hormigas de cocinas?

Estamos en aristas que se oponen.
De vez en cuando una línea se recorre y nos encuentra conservándonos la calma,
otras los ojos llueven gotas tímidas y de un hueco afloran cintas infinitas recorridas por hormigas en acción.

Hay un cine dónde nunca fuimos.
Eso veo.
Y veo hormigas.

Realidad insoslayable de extrañar a mis fantasmas.
Fondo color canela, olor a letras que son tumbas para hormigas que están muertas.
Cuando todo se inunde en pesadilla, madrugadas de no verte, habrá música, habrá hojitas que no pesen en el vano deambular.

Por las dudas dibujo tres o cuatro hormigas renacidas.
Les pongo colores que detengan tu tristeza y mi cansancio,
asumo los reversos de la historia.
Espero el momento se concilien
tus incecticidas
y mi casa repleta de hormigueros.

11/15/2006

Esto lo escribi mañana y también ayer y capaz que todos están mirando y me dicen que ya fue, que lo saben, que es en vano. No me importa.

Mañana te reconoceré por eso -dije-.
Te reconoceré cuando vea en la calle
una mujer que escriba en las paredes: Ojos de perro azul.
Y ella, con una sonrisa
triste
-que era ya una sonrisa de entrega a lo imposible,
a lo inalcanzable-, dijo: Sin embargo no recordarás
nada durante el día. Y volvió a poner las manos sobre
el velador, con el semblante oscurecido por una niebla
amarga: eres el único hombre que, al despertar,
no recuerda nada de lo que ha soñado.

G.G. Márquez



Mirada amnésica, voz de glaciar
¿Será, acaso, ésta la última vez en que el agua de pimienta
horadará mejillas rescrebrajadas por el dolor ilegal y sosegado?
Nunca lo es.
No hay última vez, excepto la de la exalación final.

El recuerdo se hace leve.
Una puerta corrediza gime su óxido agrio,
gruñe una melodía que el oído no puede conceder.
¿Dónde, cuándo, de qué manera?
El canto del amor es imperceptible,
ya casi no se oye, ya no ejerce su oficio almibarado.

Sapos que revientan,
agonizan en el jardín de lo cabal.
Sapos que tenían un veneno que bebiste
y convirtió tu brillo en una sombra sin depilar.
Una sombra de entrecasa,
Una oscuridad donde el maquillaje son los ríos que se cuelan por las grietas de tu rostro,
hilachas salobres que chamuscan las capas de tu piel
y paralizan las frases que quedaron por jurar.

El nudo se aprieta con fuerza,
comprimiendo el centro del ahogo.
El nudo que apretaste, mientras yo hacía poncios pilatos en pañuelos de tissue, pidiéndole al deseo que obedezca, sea buenito.

Varios días en que la fiebre me hace soñar que nada de lo que pasó fue real, varios meses que deambulo en la parábola zigzagueante de la calma falsa, años que no me reconozco en el espejo y sólo veo chispas transitorias de lo que habría sido,
de haber sido.

Si la vida lo hubiese así querido.
Si el sentir no hubiera sido un ente digitado por manos que tenían hilos de baja calidad.
Hilos como los que te venden en el tren,
coloridos, pero ineficaces a la hora del zurcido.

Si la vida hubiese sido esa guapa maravilla a nuestro alcance.

Soy dos patas que caminan.
Buscan el árbol más frondoso y hospitalario.
El árbol donde poder descansar de mí y el lastre del recuerdo, la manía intransigente de buscar en fotos viejas, compulsión recurrente aterida entre mis dedos.
El árbol donde ojos no sean perros,
donde el azul no sea este blues destartalado
y los cuentos de hadas vuelvan a los libros,
no se metan en mis córneas,
no me inviten a creer que algún día volverán las oscuras golondrinas,
que algún día
voy a perdonarme el error de haber amado sin forros para el alma,
sin la premonición del futuro
de tu voz amnésica,
de tus ojos de glaciar.

11/03/2006

Noche perra

Los nobles sentimientos hacen fila en las cloacas.

Desde el último piso de este edificio en llamas, desciende la voluntad truncada a fuerza de patadas.

Un hombre se masturba en la ventana y sueña que es Superman sin plumas.

Las sábanas laten mugre de mil años, sudores concentrados, cáscaras resecas.

La noche es una perra: hocico y sexo abierto a un hierro analfabeto que le hace al culo un pito y al pito lo muerde en diez mil partes.

Un poeta caga endecasílabos y vomita los cabellos de los ángeles dormidos.

Hay cuerpos que se apilan formando una comparsa, desangran pavimentos oxidados por fantasmas.

La noche es una negra aputarrada que huele a ferné y a cocaína.

Sin embargo, nadie quiere irse de este sitio.

Los vasos rebozan cenizas que son como milagros que caen en picada.
Los cantineros dicen que la vida está vacía,
que la vida cierra,
por favor retírese.

Demasiados lugares son los que están lejos.
La mente no aparece y destiñe licor de letanías.

No necesitamos flores.
Con llevarnos diez crímenes alcanza.

La cabeza explota, es un magma dionisiaco que da pena.

La noche perra está atestada de inmundicias que ascienden hacia el último piso de éste edificio que se pudre.

10/29/2006

Bailanta constructivista

Palabras obturadas con la espuma de la birra que le sopla el amargor de nicotina. Como nardos que se escrachan contra el piso; en su tinta, sin afeites que machaquen los deshechos enlatados, falta y resto a la quinta del sarcasmo.

Cortina de plástico rosado con flores deslavadas y el retumbe de un himno que fornica con un culo de botella que hace seña a los influjos opuestos a principios de parias que derrapan el cemento lleno de ojos que arden en un trago.

Reptiles de la luz endormecida, bailan en el cielo del tren blanco. Como escuálidos brotes misereados que descorchan restos inmortales de los que hay en basura al cuatrocientos, si se escarba el refrito atroz del sumidero.

Las moscas bailantean el milagro del pan negro averdinado y reclutan puchos y pisadas de escorpiones bajo luces blanqueadientes que ensayan apelmaces de sudores con enjuague mezcladito de descarte.

El rufián refacciona amaneceres, desgrasa monumentos con vinagre y se monta a la reina de las gárgolas, aputarra el labio profanado, atenaza el fango complaciente, acochambra el odio en genitales y su lengua late una palabra que se obtura con la espuma del esperma combinado con paco y ángeles cretinos que se estampan contra el cielo y el escarnio.

10/17/2006

No teim fim

Tristeza que se prende como un clavel del aire
empapa las veredas de una tarde que te asalta
te cuenta al oído bien bajito lo que falta
repartiendo otoños, invitando al baile

Tristeza de crepúsculo escrita en servilleta
que duele en el reflejo de un bar abandonado
despeinando olvidos, esconde sus pecado
en el bolsillo superior de tu mejor chaqueta.

Cuando se piensa que ya no queda sitio
puede que algo penetre apretujado
en las pulidas esquinas del pasado
donde la muerte habita sin resquicios

Cuando se miente una historia susurrando
los oídos del tiempo te reclaman
y por más que veas el juego como llama
la tristeza te dice que estás abandonando.

8/23/2006

Sepelio

en este acto de contrición
se sepultan:
tus cuadritos, tu viejo grabador,
tus costumbres:
todos esos detalles que de no haberlos visto
con los ojos endosados a la novedad idólatra,
la base traslúcida de la admiración,
el quitamanchas del amor,
me hubieran parecido lo que son:
detalles pelotudos.

estoy triste, es lógico.
es duro esto de andar enterrando con frecuencia,
cuesta mucho despedirse,
resignarse, cuesta.
nada más ni nada menos
que fascinación por otros detalles
que los ojos (ahora con lentes eficaces)
ven en otro y son realmente pelotudos,
pero míos hasta el día
del próximo sepelio.

7/01/2006

dedos que hacen así

todavía queda algo en las ventanas
que todo lo vieron
en cortinas, en viejos rulemanes
que todo lo contemplaron

es mi boca la que besa lo besable
es mi oído el que sigue recordando
aquel lugar con su ahogada fritanga
aquel abrazo diciendo: -no sé qué es esto

yo lo sé: a la medida del pesar
sé porque es temprano: -esto es nunca más
y la vigilia consume la ronca penumbra
soledad, que llena de vendajes las paredes

la humedad de la tarde dibuja aleteos
de paraguas congelados en la prisa
múltiples pájaros se esconden en sombras.
de circos que están abandonados.

el aire es abanico de banderas coloridas
trae ojos que son ruidos replicando la derrota
la fiesta no es aquí: es en otro lado
una vez más estás en el sitio errado.

4/28/2006

llamado a la solidaridad

¿O será porque me cruzan tan fuleros berretines... ?

se solicita la presencia
de un dios lo suficientemente equitativo
como para hacer del descalabro
un monumental corte de manga
y no este vuelo de murciélago
esta nada de apariencias
esta loca politoxicomanía
que estría tardes sin esperas
que anida arañas en insomnio
que no sangra aunque se muera

Poesía

En el abismo de tantas mentiras decir verdades suena demencial
Liliana Felipe


Acá se vive así:
la poesía es la farsa del titiritero
el amor un viento que pasó
el llanto es tan seco como un pastel de coco
el sexo es ejercicio
la tristeza es para tangos.

Acá están las piedras:
la poesía ha sido deleteada
la mentira aniquilada
el sueño interrumpido en su mirada atónita
el asco persiste
el odio se hace un nombre.

Acá el silencio es droga:
la poesía está lejos
el cine aburre demasiado
las sombras se instalan debajo de los ojos
el proyecto es la nostalgia
la idea es no creer.

1/31/2006

The final cut

no más descarne, fractura expuesta sin clavos vendajes o tragedias que dan risa a medida que se alejan los sucesos.
no más creer en cuentos de hadas donde el príncipe es un brucewillis que se carga a medio mundo y sobrevive.
no más furiosa tempestad de los espasmos, mirada extraviada en medio de la culpa: de tu culpa.
no más buscar las llaves que perdiste en la ineptitud de quién no sabe que: mentira es platos rotos que no pueden reciclarse.
no más ¡qué bueno verte en casa!: en el cielo de los gifes animados con ridículas banderas que te harán de cubrecama a la hora de soñar respiración entrecortada, de añorar el show de multiorgasmos y de besos que no supiste ver(te) sinceros porque fueron cuentos chinos de cabeza avenenada.
no más cartas escondidas en la manga, claridad dejó de ser dolor, no reconocer tu voz es libertad. no más nada, por favor.