3/03/2008

Salto de página

Pasan los días asidos a un papel mojado,
las manos del tiempo sacuden a un hombre
que sólo existe cuando se lo sopla.
Si no parpadeo es cadáver que yace,
se pudre en la sombra que esconde el dolor,
tardes despojo, tapiz de la nada.
La cuna partida los vasos vencidos,
espejo de nubes aprieta algodones,
rima desgastada de tanto declame,
y tanto y tanto desencontrar caprichos,
desear que el olvido no grite su nombre,
no se haga evidente, se pierda, se esconda
se agencie un sentido, descargue su plomo.
Llegar a este piso cubierto de mierda,
la mesa, las latas, muñecos de trapo,
botones cocidos y agujas certeras
clavadas en llagas que estaban sanando.
El miedo a un poema que repite versos,
momento en que nada se ponga en palabra.