7/14/2009

Citanova

El tiempo sucumbe en el cerebro,
se convierte en ruido,
alguna interferencia radiofónica.
Una especie de estrépito quebrado.

No hace falta más que un cruce de piernas
y el miedo al golpe, para caer
Colapsar el suelo, el intersticio
por dónde se escurren sombras.

La palabra en esta instancia
es depredación. Somos solos,
lamentamos pasados incapaces
de borrar. Colección de agendas viejas.

La palabra no conoce nombre que rugir
La pantalla a oscuras.
No se ve.
El mensaje es ininteligible.