5/25/2010

LEJOS

I

yo llevaba
de entrecasa y escondida,
una esperanza anémica.
que apoyaba sobre sábanas
limpias y asexuadas,
con dócil olor a suavizante.
emoción que se aburría y retiraba
a su rincón vacío a dormir
(a no sentir
el
más
mínimo
temblor).

entonces
la guardaba pensando:
"mañana le voy a dar hierro,
a ver si se compone, fortalece.
y ya no la voy a esconder,
estará lista para elegir
amores bien despiertos,
deseosos de perfumes
(dispuestos a beber
algo
más
que
placebos).

algo más que
un error de cálculo
que da mas veinte,
pero en esencia es menos”.


II

sin palabras no soy nada.
las ideas son esbozos
de un dibujo calcado varias veces.
no sé cosas que sabía de memoria.
no pretendo.
mientras tanto,
otras voces en el aire
retroceden o avanzan según los porcentajes.
y a veces obsequian una brisa placentera.
pero los tiempos se acortan,
esperando el futuro
esperando nada
con muy pocas ganas.


III

como el escaneo del recuerdo
de un mar que ya no podremos ver
porque el amor oscurece más temprano
y cada uno buscará una orilla diferente
donde dejar sus ofrendas.

a pesar de que la playa nos vio juntos
y creyó que éramos de esos que se adoran,
la tarde abombada anocheció precoz
y nos perdió en la analgesia del ocaso,
prometiendo reunirnos cuando el sol saliese.

y asomaron tantos soles y anocheció tantas veces.
en el medio, maremotos, impotencia, el calor,
espejismos, desmemoria, ingratitud, indiferencia.
condimentos amargos que hicieron que jamás
volviéramos a vernos otra vez.

un amigo de otra orilla me decía en junio-julio,
tal vez llegue la botella que tiraste hace unos siglos.
tengo miedo de leerla y que en ella esté labrada
una escena de berrinches con mayúscula
un reproche por dejar que te pierdas en la bruma.

sin embargo no fui yo quién te perdió,
sólo te di la chance de buscarme
y encontrarme amarrada todavía a alguna cosa:
ojos de asombro, taquicardia, una sonrisa,
vaya a saber cuál de las que aún conserve.


IV

nicotina entre los dedos
de reversa, maderita
gime, parla, pestañea
hace gestos chiquititos
escapados de algún comic

dos cuerpos
esparcidos como vidrios
debajo de las mantas.
no hay rastros en el tacto
tal vez una cosquilla,
sobresalto fastidiado.

ni un rastro, sólo un rostro
duermeniño, manos frías,
pies helados, el tren musical
se va donde lo escuchen
ya un poco más gastado.


V

estamos juntos
haciendo tiempo
hasta que llegue
la maravilla
que nunca llega
porque no existe.